La Educación Sexual Integral (ESI) sigue sin ser una prioridad del sistema educativo. La denominada “transformación educativa” que empezó este 2023 sigue relegando la educación sexual en Primaria y Secundaria, con el riesgo de que muchos estudiantes pasen años sin abordar el tema de forma integral, específica.
08/03/2023
Adriana Aristimuño, directora de Planificación Educativa de Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), dijo en No toquen nada que los adolescentes reclamaron más ESI en la consulta que se hizo para la reforma. Sin embargo, la educación sexual no será una unidad curricular en la reforma educativa, se dará en algunos talleres a instancias de los referentes o dentro de la competencia intrapersonal.
El programa de educación sexual se creó en 2006 en la ANEP.
La Ley General de Educación (N° 18.437) de 2008 dice en su artículo 40 que la educación sexual es una de las líneas transversales que el Sistema Nacional de Educación debe contemplar.
Hoy en día el Programa de Educación Sexual (PES) se implementa diferente según el subsistema educativo.
En Inicial y Primaria las actividades de educación sexual están a cargo del docente, quien puede instalar el tema en el trabajo cotidiano del aula.
Mientras en UTU es una asignatura más de la currícula (con horas específicas asignadas), en Secundaria se trabaja en forma transversal con docentes de otras asignaturas y en talleres con una modalidad más flexible, dentro del marco curricular.
Esto no cambiará mucho con la reforma, según explicó Aristimuño en No toquen nada. Ella aseguró que está dentro del programa educativo, pero no puedo garantizar que todos los estudiantes reciban ESI ni cuánto tiempo tendrán del tema.
“Podrían tener o no. Pero está el Taller de Participación Juvenil en el que puede ser que el tema que se elija sea ese”, dijo Aristimuño.
Consultada sobre por qué no se incluyó este tema formalmente ya que era una demanda de los jóvenes, Aristimuño respondió que era para dejarlo abierto.
“Participación Juvenil es más abierto entonces ahí se puede dar o no. De repente también había mucha demanda de temas ambientales. Entonces, quizás en otros centros el tema ambiental quizás sea más relevante”, afirmó.
Aristimuño dijo que si se cumplen los programas no debería pasar que los estudiantes cursen primero, segundo y tercero de liceo (ahora séptimo, octavo y noveno) sin tener talleres de educación sexual.
La educación sexual “está en la competencia intrapersonal”, dijo. Y está previsto que lo aborden diferentes docentes. Según Aristimuño, hay un “foco” en este tema pero no hay una “unidad curricular”, se puede dar de manera transversal o en el taller de competencia intrapersonal, reconoció, a diferencia de lo que sucede en UTU.
Una evaluación del PES que se hizo durante 2015 y se publicó en 2017 señala varios problemas que perciben los docentes con la forma de implementar la educación sexual en Secundaria.
Los docentes perciben que “interfiere con el desarrollo de un compromiso con la asignatura por parte de los estudiantes, debido a que no está encuadrada en el marco curricular”.
También los estudiantes consideran que es insuficiente, según la evaluación: “plantean aumentar la duración y mejorar la modalidad y contenidos del seminario de educación sexual”.
Aristimuño aseguró que está dentro del programa la educación sexual, que está previsto así pero que “veremos” qué pasa.
Desde el año pasado se desarrolla en No toquen nada una columna de dos médicas diplomadas en Medicina Sexual.
En su primera columna, hace justo un año, hablaron de la educación sexual integral, de los contenidos que debería abarcar y, sobre todo, de desde cuándo debe estar presente en el sistema educativo, según modelos que se aplican en otros países. En Uruguay arrancamos cuando en otros países están terminando.
“Estamos hablando de que hay gurises que hasta tercero de liceo no tocan la temática”, dijo Malena Amarillo, una de las columnistas tras haber recabado información de muchos liceos.
“A esa edad la enorme mayoría de las chiquilinas ya menstruaron, los varones ya tuvieron una polución nocturna, quizás muchos de ellos ya tuvieron relaciones sexuales. Estamos llegando tardísimo”, afirmó.
Estela Citrin, la otra columnista, agregó que el promedio de inicio de las relaciones sexuales en Uruguay es a los 14, 15 años. “Sí, llegamos recontra re tarde”, enfatizó.
Ambas destacaron casos de países europeos como Suecia y Noruega donde la educación sexual termina a la edad en la que empieza en Uruguay. Además, llamaron la atención respecto a que esto se da en un momento en que los chiquilines tienen acceso ilimitado a contenidos sexuales en diversas plataformas digitales.
Joel Rosenberg / Ricardo “Sueco” Leiva / Darwin Desbocatti
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